segunda-feira, 23 de janeiro de 2012

ENLACES DE HISTORIA CARLISTA: VOLVEMOS CON LA SAGA (8).

http://www.el-rastro.com/carlismo_archivos/image056.jpg

http://hispanismo.org/historiografi[....]-carlistas-en-1833-a.html#post96355

El famoso escritor M. J. de Larra incitando al exterminio de carlistas, en 1833.

Espeluznante documento de odio. AL INICIO DE LA GUERRA DINÁSTICA, EN 1833, EL FAMOSO ESCRITOR Y PERIODISTA M. J. DE LARRA INCITA, CON SARCÁSTICOS INSULTOS, AL "COLGAMIENTO" DE “LOS FACCIOSOS DE ROA Y VIZCAYA”, "-LA PLANTA NUEVA, O EL FACCIOSO- (Revista Española, n.º 116, 10 de noviembre de 1833.) “Razón han tenido los que han atribuido al clima influencia directa en las acciones de los hombres; duros guerreros ha producido siempre el norte, tiernos amadores el mediodía, hombres crueles, fanáticos y holgazanes el Asia, héroes la Grecia, esclavos el África: seres alegres e imaginativos el risueño cielo de Francia, meditabundos aburridos el nebuloso Albión. Cada país tiene sus producciones particulares: he aquí por qué son famosos los melocotones de Aragón, la fresa de Aranjuez, los pimientos de Valencia y los facciosos de Roa y de Vizcaya. Verdad es que hay en España muchos terrenos que producen ricos facciosos con maravillosa fecundidad; país hay que da en un solo año dos o tres cosechas; puntos conocemos donde basta dar una patada en el suelo, y a un volver de cabeza nace un faccioso. Nada debe admirar por otra parte esta rara fertilidad, si se tiene presente que el faccioso es fruto que se cría sin cultivo, que nace solo y silvestre entre matorrales, y que así se aclimata en los llanos como en los altos; que se trasplanta con facilidad y que es tanto más robusto y rozagante cuanto más lejos está de población. Esto no es decir que no sea también en ocasiones planta doméstica; en muchas casas los hemos visto y los vemos diariamente, como los tiestos en los balcones, y aun sirven de dar olor fuerte y cabezudo en cafés y paseos. El hecho es que en todas partes se crían; sólo el orden y el esmero perjudican mucho a la cría del faccioso, y la limpieza, y el olor de la pólvora sobre todo, le matan. El faccioso participa de las propiedades de muchas plantas; huye, por ejemplo, como la sensitiva al irle a echar mano; se cierra y esconde como la capuchina a la luz del sol, y se desparrama de noche; carcome y destruye como la ingrata hiedra el árbol a que se arrima; tiende sus brazos como toda planta parásita para buscar puntos de apoyo; gústanle sobre todo las tapias de los conventos, y se mantiene, como esos frutos, de lo que coge a los demás; produce lluvia de sangre como el polvo germinante de muchas plantas... Es planta peculiar de España, y eso moderna, que en lo antiguo o se conocía poco, o no se conocía por ese nombre; la verdad es que ni habla de ella Estrabón, ni Aristóteles, ni Dioscórides, ni Plinio el joven, ni ningún geógrafo, filósofo ni naturalista, en fin, de algunos siglos de fecha. Los facciosos, por ejemplo, sin embargo de su gusto por el despoblado, júntanse, como los lobos, en tropas, por instinto de conservación; se agarran con todas sus ramas al perdido caminante ...; le chupan el jugo y absorben su sangre, que es su verdadero riego, como las demás plantas el rocío. Otra cosa más particular. Es planta enemiga nata de la correspondencia pública; dondequiera que aparece un correo, nacen en el acto, de las mismas piedras, facciosos por todas partes; rodéanle, enrédanle sus ramas entre las piernas, súbensele por el cuerpo como la serpentaria, y le ahogan; si no suelta la valija, .... Diranme ahora, ¿y para qué quieren la valija, si no saben leer? ... los facciosos, sobre todo los más talludos y los vástagos principales, se agarran a las cajas de fondos de las administraciones; y plata que tiene roce con facciosos pierde toda su virtud, porque desaparece.¡Rara afinidad química! Así que, en tiempos revueltos, suélese ver una violenta ráfaga de aire que da con un gran manojo de facciosos, arrancados de su tierra natural, en algún pueblo, el cual dejan exhausto, desolado y lleno de pavor y espanto. Meten por las calles un ruido furioso a manera de proclama, y es niñería querer desembarazarse de ellos, teniendo dinero, sin dejársele; bien así como fuera locura querer salir de un zarzal una persona vestida de seda, sino desnuda y arañada. Muchas de las calidades de esta estrambótica planta pasamos en silencio, que pueden fácilmente de las ya dichas inferirse, como son las de albergarse en tiempos pacíficos entre plantas mejores, como la cizaña entre los trigos, y pasar por buenas, y tomar sus jugos de donde aquéllas los toman, y otras. Planta es, pues, perjudicial y aun perjudicialísima, el faccioso; pero también la naturaleza, sabia en esto como en todo, que al criar los venenos crió al paso los antídotos, dispuso que se supiesen remedios especiales a los cuales no hay mata de facciosos que resista. Gran vigilancia sobre todo, y dondequiera que se vea descollar uno tamaño como un cardillo, arrancarle; hacer ahumadas de pólvora en los puntos de Castilla que, como Roa y otros, los producen tan exquisitos, es providencia especial; no se ha probado a quemarlos como los rastrojos, y aunque éste es remedio más bien contra brujas, podría no ser inoportuno, y aun tengo para mí que había de ser más eficaz contra aquéllos que contra éstas. El promover un verdadero amor al país en todos sus habitantes, abriéndoles los ojos para que vean a los facciosos claros como son y los distingan, sería el mejor antídoto; pero esto es más largo y para más adelante, y ya no sirve para lo pasado. Por lo demás, podemos concluir que ningún cuidado puede dar a un labrador bien intencionado la acumulación del faccioso, pues es cosa muy experimentada que en el último apuro la planta es también de invierno, como si dijéramos de cuelga; y es evidente y sabido que una vez colgado este pernicioso arbusto y altamente separado de la tierra natal que le presta el jugo, pierde como todas las plantas su virtud, es decir, su malignidad. Tiene de malo este último remedio que para proceder a él es necesario colgarlos uno a uno, y es operación larga. Somos enemigos además de los arbitrios desesperados, y así, en nuestro entender, de todos medios contra facciosos parécenos el mejor el de la pólvora, y mas eficaz aun la aplicación de luces que los agostan, y ante las cuales perecen corridos y deslumbrados.” M. J. DE LARRA (1809-1837) Obras completas de Figaro: pseudonyme - Mariano José de Larra - Google Libros PAG. 393 http://andaluciacarlista.com/wp-content/uploads/2010/05/despuesdequintillo.jpg

sábado, 29 de outubro de 2011

Quando for grande...

     
Quando for grande o Zezinho quer ser como o grande Zé: ganhar um premio nobél, ter muitos admiradores, vender muitos livros, ganhar muito dinheiro e se calhar viver numa ilha - embora mantendo uma casa em Portugal, que aqui sempre se foge melhor aos impostos! Sim, que o grande Zé era comunista mas não era estúpido. Como o Zezinho também não é, vai fazer como o grande Zé: e como agredir o cristianismo é que está dar em todo o lado, em Roma sê romano, na literatura sê profano. O grande Zé, o grande Dan, todos os grandes chegaram à "grandeza" escalando o Monte Gólgota e atirando pedras ao Cristo crucificado. Vai de inventar umas mentiras sobre o tal nazareno que, como dizia um dos primeiros grandes, o Goebells, depois de repetidas mil vezes, se tornam verdades. Provas ninguém tem: os cristãos têm a sua fé, mas como diz a outra, isso agora não interessa nada. Eles já não são grandes. Ofendê-los não é problema. As polémicas até podiam ser sobre o Alá ou o Maomé e até nem ser mentiras, mas isso pode ser perigoso. Veja-se a vida que tem o Rushdie, com permanente medo até da própria sombra! Não é grande vida! - ou vida de grande.

Naaa... Livra! O Zezinho vai mas é fazer como o grande Zé! 

terça-feira, 11 de outubro de 2011

84 º Aniversário da Morte de D. Miguel II de Portugal

 Cumprem-se hoje 84 anos do falecimento do proscrito príncipe e legítimo rei de Portugal 

D. Miguel II
(Kleinheubach, 19 de Setembro de 1853 - Seebenstern, 11 de Outubro de 1927)
Requiem aeternam dona ei, Domine. et lux perpetua luceat ei

O texto e a imagem apresentados de seguida constituem uma cópia parcial do artigo publicado em:

http://nucleomonarquicoabrantes.blogspot.com/2010/09/dom-miguel-ii-de-braganca.html
(...)

DOM MIGUEL DE BRAGANÇA (Fotografia gentilmente cedida pelo Ex.mo. Sr. Dr. Fernando Ferreira Cardoso)

Ser-se legitimista era, por esses tempos idos, a melhor garantia de pureza de costumes e de portuguesismo: os legitimistas eram os católicos fervorosos, os adeptos do poder temporal dos Papas — e quantos estiveram em Roma ao lado do Senhor D. Miguel II, como zuavos pontifícios na luta contra as revolucionárias camisolas vermelhas dos garibaldinos! — eram os apóstolos da santidade do lar e das grandes tradições lusitanas... O Legitimismo — todos o reconheceram, desde Teixeira de Vasconcelos até aos republicanos de hoje! — foi o mais abnegado e mais nobre de quantos partidos surgiram nesta soalheira e florida terra de partidos e partidários...
Morto porém Dom Miguel I em Carlsruhe, perto da sua adoptiva Bronnbach, aos sessenta e quatro anos de idade, e trinta e dois de exílio, em consequência de uma inesperada paralisia pulmonar, o país inteiro vibrou de intensa comoção; o luto estendeu-se por toda a terra lusitana, desde as casas senhoriais dos fidalgos de velha estirpe que acaudilhavam o régio exilado, até à gente humilde do povo, grande parte da qual o amara entranhadamente e lhe permanecera fiel, lembrada de quando o seu vulto formosissimo, varonil e português, cavalgara pelas ruas da Lisbóa de então e se chegava de preferência ao povo, com o qual gostava de privar, sem perder uma linha do seu aprumo e elegância reais... Nunca houve em terras de Portugal um ser que tão sufragado fosse: certo legitimista meu amigo, ferrenho e dedicado à sua causa, — o pobre Costa Afonso que a morte sumiu para sempre, haverá uns quatro anos! — contava-me que as exéquias solenes, celebradas na paroquial da Graça — esta freguesia, com a de S. Vicente e a dos Anjos, eram o poiso tavonto e costumeiro da gente do Senhor Dom Miguel! — haviam surpreendido toda Lisboa pela pompa extraordinária, pela concorrência espantosa que enchia a velha igreja dos frades gracianos e se estendia como uma formidável multidão lutuosa pelas circunvisinhanças... De norte a sul, o luto e a saudade exteriorisavam-se em centenas e centenas de sufrágios, em artigos sobre artigos exalçando as virtudes de um moço que, aos trinta e dois anos, Evora-Monte enviava para o exílio de onde nunca mais havia de regressar... A imprensa,— mesmo aquela que mais adversa fora das idéas legitimistas — curvava-se cheia de respeito perante a morte de Dom Miguel I, e o liberalissimo Pinheiro Chagas, num artigo que ficou célebre pelo sentimento e pela isenção, celebrava a constância e a resignada nobreza com que o vencido de 34 sofrera o seu grande infortúnio, — tão lacerado de privações, de miséria e de saudades! — sem nunca se arredar, nem um ápice, das idéas que defendera de armas na mão, e as quais acreditava como únicas verdadeiras e santas... Desde esse momento — 14 de Novembro de 1864, há quási sessenta e três anos Senhor! — as atenções voltaram-se para o filho do Exilado, como este e sua família, ferido também pela proscrição... Era um rapazito de treze anos, calmo e triste, cônscio já do enorme encargo que sobre ele ficara pesando; um mocito que nascera sobre terra de Portugal, de cá levada propositadamente pelos fieis partidários do seu pai, e para cujo baptismo de cá fora também a água lustral, ida da matriz de Guimarães aonde Afonso Henriques fora baptisado!
Dominava-o a sede do portuguesismo, o amor acendrado pelas sciências nas quais veio a doutorar-se na Universidade de Innsbruck. Seu preceptor, aquele venerando modelo de honradez e dedicação que foi o dr. António Joaquim Ribeiro Gomes de Abreu — e o qual a intervenção de Costa Cabral livrara de ficar para sempre riscado da nossa Universidade! — incutira-lhe idéas de nobreza e patriotismo que, possivelmente, neste desabar tristissimo da vida portuguesa, não serão talvez compreendidas!... Assim se formou o caracter do novo pretendente para o qual os legitimistas passaram toda a adoração que tinham pelo pai. E, valha a verdade; aquele a quem de ali em diante, os seus partidários começavam chamando o Senhor Dom Miguel II, não desmentia as qualidades que o seu régio progenitor e sua santa mãe lhe haviam transmitido. A vida inteira do morto de agora foi um modelo de coerência, de honradez e de virtudes cristãs... Com dezassete anos apenas, apresentava-se a Pio IX, vestido de zuavo pontifício, pronto a verter o seu sangue em defeza da causa temporal dos Papas, ameaçada e depois vencida, na brecha da Porta Pia, quando por esta entraram de roldão as camisas vermelhas de Garibaldi... Então, a sua vida reparte-se entre a sua carreira de militar e os cuidados extremosos da sua família, o amor da sua causa sem esperança e os extremos pela pátria de que o baniam as leis. A sua vida, exemplarissima, conhecem-a Deus — a quem há dias prestou contas — e todos quantos seguiam com enlevo as manifestações do seu aprimorado carácter. Não há nela uma só mancha; é a vida de um homem de bem, cultíssimo e portuguesissimo. Ódios não os tinha, a lama jamais o salpicou. Possivelmente teria, a ferirem-lhe os ouvidos sempre, as palavras, ensopadas de lágrimas, que sua mãe — a Santa Princesa que depois se recolheu a um convento da Ilha de Wight — lhe disse ao receber em 1864 a deputação legitimista que de aqui fora prestar as últimas homenagens a Dom Miguel I:— «Meu querido Filho, lembra-te de que a vida passa como o fumo... Teu Pai estava bom num dia e, no seguinte desapareceu. A vida é um sonho e tu também hás de desaparecer!.. Mas, quando a Morte se aproximar, só te há de lembrar se cumpriste ou não os teus deveres!... E lembra-te sempre de que tua Mãe, como se estivesse deante de Deus, e na presença destes portugueses, te diz que prefere ver-te viver e morrer pobre a deslisares uma só linha da estrada que seguiu teu heróico Pai — que o seu único pensamento era Portugal!...» E pode dizer-se que os conselhos de sua formosíssima e desventurada mãe, aquela suave Princesa de Loewenstein-Wertheim von Rosenberg, Dona Sofia Adelaide Amélia, foram integralmente seguidos. A desgraça — que a ele o feriu cruelmente, como a seu pai — encontrou-o sempre firme, as lágrimas nos olhos, Deus nos lábios e no coração. Era um português antigo, um representante legitimo de Reis e de um regime banido, que não sabia ter ódio por ninguém, fosse ele liberal ou republicano... Nunca ninguém teve motivo para se queixar dele: o seu coração abria-se a todos os portugueses... Coronel do exército austríaco, quando Portugal se pôs ao lado dos inimigos da Alemanha, o Senhor Dom Miguel de Bragança, embora a Áustria não estivesse em guerra connosco, passou da arma de cavalaria de que fazia parte para a milícia dos que, nos campos da pugna gigantesca, sob um inferno de metralha feroz, arriscam a vida para salvar o seu semelhante, amigo ou inimigo: — a Cruz Vermelha...Era assim o seu carácter diamantino, era assim que ele entendia a qualidade de que tanto se orgulhava: — ser português. longe do herdeiro do seu nome, que o amor levara a romper com os preconceitos de raça; afastado para sempre do filho segundo, o Príncipe Dom Francisco José — morto como um herói durante a Grande Guerra e antes da nossa participação nela, — o filho do Exilado continuou, como sempre, fiel aos seus mortos e aos seus três grandes amores: — Deus, a sua Pátria e a sua Família. Nem a miséria que o salteou nos últimos anos da vida, nem as privações d'ela resultantes e o cortejo de angústias que se lhe seguiu, abateram o seu carácter de diamante sem jaça: permanecem como sua mãe lhe indicara, há sessenta e três anos quási, perante o cadáver do pai...... E possivelmente, na hora extrema, ao escutar e repetir as orações dos agonisantes, rodeado pela nobilíssima cohorte de Sombras dos que a morte ceifara entre os seus fieis e dedicados amigos, possivelmente ainda, nessa hora tremenda e saudosa ele se lembrou da terra dos seus maiores e misturou aos soluços do Memorare e do Sub tuum Presidium o nome querido de Portugal, o nome que magicamente nos põe a todos de acordo, olhos marejados de lágrimas, coração batendo de amor puríssimo, de mil vezes sagrado amor!...... Fechou-se a grande alameda do camposanto imenso que é o Legitimismo!... Desce para o túmulo a última Sombra... Que a morte nos reconcilie a todos e nos não impeça de reconhecer o quilate finíssimo das virtudes de Proscripto!... Morreu um grande homem de bem, um português que sempre o soube ser... Paira no ar o tom amarelecido das folhas mortas, o perfume inconfundível de uma saudosa e imensa melancolia... É o Passado que se fecha... O que nos trará o futuro?...... Inclinemo-nos todos, adversários e amigos do filho do vencido de Evora-Monte!... E, levados pelo gesto arripiante da Morte, beijemos a mão do português cujo exílio de setenta e quatro anos ela, a Eterna Vencedora, por mandado de Deus finalmente quebrou...»
ÁLVARO MAIA, in ILUSTRAÇÃO nº 45 (2º ano) de 1 de Novembro de 1927.
Fonte: Família Real Portuguesa



quarta-feira, 15 de junho de 2011

JOSÉ MANUEL GONZALEZ, REQUIESCAT IN PACE.

José Manuel González, RIP

González

RIP JOSÉ MANUEL GONZÁLEZ.

La 'cueca larga' de Los Pincheira y homenaje a José Manuel González

La Cueca Larga de los Pincheira.

Buenos Aires, 13 junio 2011, Lunes de Pentecostés. El pasado día 11 de junio falleció en Buenos Aires nuestro amigo y colaborador José Manuel González. Nacido en Buenos Aires el 13 de enero de 1951, en el Barrio de Villa Devoto, era hijo de porteños y nieto de gallegos y asturianos. Bachiller del Colegio Nacional de Buenos Aires, abogado por la Universidad de Buenos Aires y profesor por la Universidad Católica de Salta. Participó en la fundación y desarrollo del Instituto Abierto y a Distancia "Hernandarias", ejerciendo como titular en las cátedras de Historia Argentina, Iberoamericana, e Ideas Políticas del Siglo XX. Asimismo ejerció la docencia secundaria. Colaboró en la Comisión Alternativa para la conmemoración del V Centenario, creada por el Instituto de Cultura Hispánica de Buenos Aires. Como escritor y conferenciante, participó en diversos congresos sobre historia española e hispanoamericana. Sus aportaciones más significativas fueron sobre los "Antecedentes y posibilidades de una comunidad hispana de pueblos". Realizó también trabajos de índole local como miembro de la Junta de Estudios Históricos del barrio de Balvanera, entre los que se destacan "Tradición fundacional de Balvanera" e "Historia del Hospital Español". Realizó trabajos en el campo antropológico, destacándose sus estudios sobre la relación entre el cante flamenco y el folklore argentino. Así, "Anselmo González Climent. Un argentino iniciador del estudio científico del flamenco", y "De los tangos al Tango: sobre las relaciones entre el cancionero criollo y el cante andaluz". Por su actividad literaria recibió el premio "Centenario de Juan Ramón Jiménez", otorgado por el Aula de Poesía Española "Antonio Machado" de la Embajada de España en Buenos Aires. En la Editorial Docencia-Proyecto Hernandarias publicó, entre otras cosas, Las ideas políticas en Iberoamérica. Fue fundador y director de la Academia de Estudios Hispánicos "Rafael Gambra", de Buenos Aires. Era también miembro del Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II de Madrid, y de la Universidad Libre, Autónoma, Federal e Iberoamericana de Buenos Aires. Colaboró con el también recientemente fallecido profesor Otto Carlos Stoetzer en la edición de su Historia Iberoamericana. Política y cultura, en cuatro tomos, y del mismo modo con Julio Carlos González en la edición de La involución hispanoamericana. De provincias de las Españas a territorios tributarios: El caso argentino (1711-2010), publicado en 2010, del cual se ocupó FARO en su momento. Su amigo, y nuestro, el profesor Miguel Ayuso nos dicta a vuela pluma estas líneas:

No hace mucho nos ofrecía su esperado libro sobre "Los Pincheira", editado por Nueva Hispanidad dentro de la colección "El 'otro' bicentenario" del Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II. Y trabajaba, junto con el también querido amigo Félix Della Costa, en otros en la misma línea, que será difícil, si no imposible, completar. En las actas del Congreso de los 175 años del Carlismo, en prensa, figura un excelente trabajo suyo --ya póstumo-- sobre el Carlismo en el Río de la Plata. Toda pérdida es irreparable, pero la suya se ha de sentir de modo particular, pues sus saberes --variados y extensos-- no eran comunes. Su actitud, piadosamente patriótica y por lo mismo ajena completamente al error nacionalista, tampoco es por desgracia frecuente en el Río de la Plata. De modo que perdemos un puntal en la transmisión de saberes y actitudes acendradamente tradicionales. De una simpatía y autenticidad extraordinarias, era un carlista popular tanto o más que intelectual, no sin algunas promiscuidades o contaminaciones, más bien folclóricas, que se le perdonaban con facilidad. Bondadoso, cachazudo, bohemio y acogedor, recibía --junto con Estela, su extraordinaria esposa-- generosamente en su casa singular de Parque Chas, entre libros, discos y recuerdos. La última vez que disfrutamos de su hospitalidad, en una inolvidable noche invernal, tras haber departido con un Julio González exultante tras la aparición de su libro, con el poncho puesto, sacó su boina roja y se la caló. Así lo recuerdo, como una suerte de requeté gaucho. Sin él, mis viajes a Buenos Aires ya no serán iguales.

Requiescat in pace. Despachos anteriores en las áreas Mensajes y Archivos de las páginas para suscriptores de FARO FARO en Facebook: http://www.facebook.com/agenciafaro ____________________________________________ Agencia FARO http://carlismo.es/agenciafaro

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