quinta-feira, 4 de dezembro de 2008

HISPANIA CHRISTIANA

Fray Trabucaire, o Irmão de Lá, traz-nos um interessantísmo artigo sobre a Cristianização da Península, da nossa amada Hispânia. Visite http://lasantaalianza.blogspot.com/
Siendo fieles seguidores de Libro de Horas y Hora de Libros; esta vez no nos podemos resistir a reproducir íntegramente un gran artículo para agradecer la erudición de su autor. En nuestro tiempo, urgentes resultan los que buenamente trabajan la Historia y defienden nuestros reales y claros orígenes. Pasen y vean:
En las imágenes: Virgen bizantina. Debajo, detalle del sarcófago paleocristiano hallado en Martos.
Ante la ofensiva contra el cristianismo que dirige el presente gobierno, queremos publicar un breve estudio que nos ponga en antecedentes de los primeros pasos del cristianismo en la Hispania romana. A través de este ejercicio podremos comprender la tremenda responsabilidad que tenemos los cristianos de defender y perpetuar nuestra Tradición milenaria que constituye nuestra genuina identidad como españoles.
LA IMPLANTACIÓN DEL CRISTIANISMO EN LA HISPANIA ROMANA
En las últimas décadas del siglo XX se ha producido en España una siniestra tergiversación del sentido auténtico que tiene la devoción a la Virgen María. En Jaén, de la mano del novelista y hierofante Juan Eslava Galán, se ha pretendido vincular la veneración a la Santísima Virgen María con cultos de raigambre pagana, recurriendo a doctrinas esotéricas y heterodoxas que confunden a la Virgen María con antiguas divinizaciones femeninas y matriarcales: Gea, Dea Mater, Dea Celestis, Isis... La diosa blanca de Robert Graves, El secreto de las catedrales de Fulcanelli, El Misterio Gótico y Los templarios están entre nosotros de Gérard de Sède –así como otros presuntos ensayos históricos y esotéricos- pueden aducirse como antecedentes bibliográficos de esta tendencia que se abre paso para extraviar a los cristianos. Se desfigura así la verdadera identidad de María Santísima al equivocarla con diosas paganas que recibieron culto en tiempos pre-cristianos, con la aviesa intención de desposeer de su auténtico significado la verdadera devoción a María.
D. José Orlandis en su Historia de la Iglesia nos lo dice con meridiana claridad: “Las regiones más cristianizadas parecen ser aquellas donde la romanización era también más intensa: las provincias de la Bética y la Tarraconense, es decir, Andalucía y la costa mediterránea.” Es lógico pensar que la evangelización de Hispania franqueara con más facilidad las comunidades más romanizadas que por razones comerciales o políticas tuvieran un mayor trasiego de extranjeros. José María Blázquez señala que: “La penetración del cristianismo en Hispania sigue, por consiguiente, las grandes vías comerciales y los mismos caminos que el avance de la romanización, con la que coincide en que sus portadores fueron los mismos en ambos casos: ejércitos y mercaderes”. Además de todo esto, tengamos en cuenta la existencia de comunidades judías asentadas en Hispania desde tiempo remoto, ellas pudieron ser receptoras del evangelio, aceptándolo o rechazándolo según los casos.
Dos grandes relatos se proponen como respuesta a la pregunta por la cristianización en España: 1.) El relato legendario de los Siete Varones Apostólicos y 2.) Lo que la Historia, auxiliada por la arqueología, la paleografía y otras herramientas, nos puede decir sobre la propagación del evangelio en Hispania y la erección de las primitivas cristiandades.
LA LEYENDA DE LOS SIETE VARONES APOSTÓLICOS
La historiografía más escrupulosa y crítica descarta la existencia de los Siete Varones Apostólicos, relegándola a un mítico relato inventado en los tiempos en que el cristianismo visigodo, ante la necesidad de vincularse a Roma, hace surgir esta piadosa leyenda conocida como la de los Siete Varones Apostólicos. Pero, independientemente de lo que la historiografía crítica haya rechazado de esta leyenda, veamos lo que la misma nos revela.
Podemos suponer que, tal y como se dice en los Hechos de los Apóstoles, tras la muerte del protomártir Esteban, los cristianos de Tierra Santa huyen de la persecución que se inicia contra ellos. Era comúnmente aceptado por los historiadores eclesiásticos de España en los siglos XVI y XVII que muchos de esos judíos que habían abrazado el cristianismo llegaron, en su huida de Tierra Santa, a Hispania.
La leyenda de los Siete Varones Apostólicos sostiene que dos hispanos -Eufrasio (nombre que etimológicamente significa “el que habla bien”) e Indalecio (que significa “fuerza”)- son enviados a Jerusalén, para recoger, treinta y tantos años después, información de lo que en los Santos Lugares ha sucedido: la Redención por la inmolación en la cruz de Jesucristo y su Resurrección. Allí, en Jerusalén, Eufrasio e Indalecio consiguen hablar con San Pedro y con la Virgen María y, una vez convertidos al cristianismo, solicitan del Príncipe de los Apóstoles que éste designe a Santiago el Mayor como apóstol de Hispania. En el año 37 Eufrasio, Indalecio y Santiago el Mayor embarcan en el puerto de Jaffa y desembarcan en Almería. A lo largo de cuatro años el Apóstol Santiago, en compañía de Eufrasio, recorre la Bética y el resto de la península, recibiendo a orillas del Ebro la visita de la Virgen María –que todavía vivía vida terrenal- para confortarlo, con lo que tiene su principio la tan arraigada devoción de Zaragoza a la Virgen del Pilar.
En el año 41 Santiago el Mayor con Eufrasio y los seis varones apostólicos (Indalecio, Torcuato, Tesifonte, Hesiquio, Cecilio y Segundo) abandonan Hispania y parten a Jerusalén. En el año 42 Santiago el Mayor con su hermano Juan y la Virgen María marchan de Jerusalén a Éfeso. Allí, Juan y la Virgen María se instalan. Eufrasio va con ellos, siempre a la vera de su Maestro Santiago. El 25 de mayo del año 42, según la leyenda, Eufrasio se halla en la decapitación de Santiago por Herodes Agripa, que lo manda degollar después de capturar al Apóstol en una visita de éste a Jerusalén.
Cuenta la tradición que, por orden de María Santísima, Eufrasio da sepultura al cuerpo glorioso de Santiago en el Monte Calvario, muy cerca del Santo Sepulcro. Pero el 18 de julio de ese mismo año exhuman el cuerpo del mártir y Eufrasio, en compañía de los otros seis, embarcan trayendo las reliquias a España. El viaje dura siete días. El 25 de julio –festividad de Santiago Apóstol- llegan a Hispania. Los Siete Varones Apostólicos arriban a Iria Flavia, y en lo que luego se llamará Compostela dan sepultura a Santiago. La Reina Lupa, una señora pagana, se convierte al ver los prodigios que obra aquella gloriosa reliquia. Cuando se inician las persecuciones contra los cristianos en Hispania, el sepulcro de Santiago es ocultado bajo escombros y cascotes, hasta que 759 años después, en tiempos de Alfonso el Casto y tras una serie de fenómenos sobrenaturales, se descubre la tumba del Apóstol y se le llama a ese lugar Campo de la Estrella, Compostela.
Los Siete Varones Apostólicos se habían derramado por la península, tras cumplir su cometido de dar sepultura al cuerpo del apóstol y mártir glorioso Señor Santiago. El 18 de enero del año 44, Pedro llega a Roma y establece allí su Sede y Cátedra Pontificia. Los Siete Varones Apostólicos, enterados de la buena nueva, emprenden romería –peregrinación a la Ciudad Eterna- para lograr de San Pedro Apóstol la consagración episcopal. Allí, según una tradición, Eufrasio recibe de la Verónica el lienzo sacratísimo en que se impregnó el Santo Rostro de Jesucristo cuando esta misma mujer fue a enjuagarle la faz sanguinolenta al Señor que iba cargado con la cruz. Eufrasio, una vez que retorna a la península ibérica, deposita el Santo Rostro en Iliturgi.
En el año 50 –según la leyenda- San Pedro Apóstol llega a España, desembarcando en la costa malagueña. Trae San Pedro consigo una serie de sacras imágenes de María Santísima (son muchas, según la tradición: todas las que se atribuyen a la mano de San Lucas.) A Eufrasio se le otorga por parte de San Pedro Apóstol un obsequio magnífico: una talla de María Santísima que luego será venerada bajo la advocación de Virgen de la Cabeza.Eufrasio pasa catorce años al frente del episcopado de Iliturgi, poniendo los cimientos de la devoción que los indígenas sentirán por la Virgen de la Cabeza.
Un juez delegado de Nerón inicia una persecución en Hispania. Captura a Cecilio, Hesiquio y Tesifonte en Granada y los romanos les dan muerte martirial quemándolos en una hoguera. Eufrasio escapa del martirio en esa ocasión, pero el 14 de enero del año 58 es capturado y muere decapitado en la misma Iliturgi, sede episcopal a la que dedicó más de catorce años.
La leyenda de los Siete Varones Apóstolicos es una piadosa relación que trata de presentarnos los primeros pasos del cristianismo en Hispania. Los Siete Varones Apostólicos son celebrados por la Iglesia en su festividad que es el 15 de mayo del calendario litúrgico, día y mes en que se supone que entraron a España para acometer la gran empresa de la primera cristianización de la península ibérica.
Una vez presentada esta leyenda es obligado que ni siquiera refiramos que la misma ha sido crudamente criticada, puesta en tela de juicio, equiparándola con un relato mítico, por lo que no podría aspirar –en las entendederas de sus detractores- a ser otra cosa que una piadosa leyenda hagiográfica invalidada por la crítica histórica en la práctica totalidad de sus elementos.
Sin embargo, el testimonio de San Gregorio VII sostiene, en carta a Alfonso VI, que los Siete Varones Apostólicos, como discípulos de Santiago, fueron enviados a Hispania. Indalecio predicó en Urci, Tesifonte en Vergi, en Carcesa lo hizo Hesiquio y Segundo en Abula. Ciudades de difícil localización, aunque en el caso de Eufrasio está muy claro que su apostolado lo realizó en Iliturgi, antiguo enclave poblacional de cierta consideración que por lo común se identifica con Andújar, aunque existen muchas razones arqueológicas para situarla más bien en las inmediaciones de la actual Mengíbar.
LA HIPÓTESIS AFRICANISTA DEL ORIGEN DEL CRISTIANISMO HISPANO
Desde los albores de la crítica –y sobre todo desde la Ilustración del siglo XVIII- se ha llevado a cabo una auténtica demolición de todo lo recibido como tradición. La Leyenda de los Siete Varones Apostólicos fue sometida a un severo examen y hoy son muy pocos los que conceden veracidad al relato fundacional del cristianismo hispano remontando a San Eufrasio y los seis varones apostólicos los orígenes de nuestra evangelización.
Se ha considerado que todo lo que gira alrededor de los Siete Varones Apostólicos no es más que una fábula benévola que, para historiadores como D. José María Blázquez, es fruto de la necesidad apologética que precisarán las iglesias hispanas, cuando tengan que buscar vínculos con Roma; será así como se invente todo un pasado apostólico que no se sostiene con datos históricos. Para estos autores modernos, el cristianismo en España encuentra su explicación en las continuas y fecundas relaciones que la península mantuvo con el norte de África. Es lo que llamaré la “hipótesis africanista”.
Basados en un escrupuloso estudio de las fuentes, fijando su autenticidad, los historiadores modernos han determinado que la primera y fidedigna fuente escrita que da fe de la existencia de cristiandades en Hispania data del año 254, levantándose acta en la Carta 65 de San Cipriano de Cartago. Existe una mención anterior, pero ésta se ha puesto en tela de juicio: es la que se atribuye a Tertuliano, que allá por el año 200 decía: “todos los ámbitos de las Hispanias… en todos esos lugares reina el nombre de Cristo, que ya ha venido”. Tampoco parece que para estos investigadores sea suficientemente fiable las menciones que hiciera San Ireneo en el año 180 sobre la existencia de iberos evangelizados, pues se teme que San Ireneo no fuese de Lyon de Francia, y estuviera refiriéndose más que a los iberos de aquende, a los iberos de Asia Menor.
Los modernos han estimado que son muchas las razones que apuntan a la vinculación primitiva de las cristiandades hispanas con las de la cornisa mediterránea de África. Por el norte de África cundió muy pronto el cristianismo, propagándose imparablemente. Las actas martiriales más antiguas que se conservan son las de los mártires de Scillis que entregaron su vida por Cristo en el año 180.
Entre las razones que se acostumbran señalar, como indicadores de la dependencia del cristianismo hispano del africano, son muy interesantes las que subrayan el rigorismo de muchos de los cánones del Concilio de Elvira (Granada), celebrado alrededor del año 300, que lo aproxima al cristianismo de cuño norte-africano. De las 37 sedes hispanas que comparecen al Concilio de Elvira, 28 iglesias representadas en el Concilio pueden ser localizadas en territorio hoy andaluz y de las 28, 6 son las que pueden ubicarse sobre el territorio que ocupa actualmente la provincia de Jaén. En dicho Concilio de Elvira encontramos la primera mención del obispo Camerino y el presbítero Leo, de Tucci (Martos), que en la ocasión referida comparecieron. La existencia de comunidades hispano-cristianas regidas por presbíteros es otro rasgo en común que muestran las primitivas cristiandades hispanas con las africanas, sin que se encuentre parangón en otras comunidades paleo-cristinas de Occidente.
Otra razón muy poderosa que aducen los autores modernos a este respecto es el origen africano de la arcaica liturgia hispana, así como la abundante presencia de términos latinos que eran de uso común en la organización eclesial de las cristiandades africanas y que comparten las hispanas: así “fraternitas” significando “comunidad de fieles” o “statio” como ayuno, muchas de ellas extraídas del argot militar, lo que como se verá más abajo no tiene que sernos extraño. Para una de las autoridades en esta materia, D. José María Blázquez, el cristianismo que se implanta en Hispania lo hace de la mano de los legionarios y de los mercaderes, procedentes de las comunidades cristícolas del norte de África. La cantidad de documentos epigráficos y arqueológicos así parece ponerlo de manifiesto.
Tenemos una imagen muy pobre de la antigüedad; muchos piensan que por falta de transportes rápidos y seguros, el hombre apenas viajaba en aquellas edades. Incluso hay profesores universitarios, de cuyo nombre no queremos acordarnos, que negaban la posibilidad de la venida del apóstol Santiago a España alegando la falta de transportes. En cambio, si bien es cierto que muchas personas podían permanecer desde su nacimiento hasta su muerte en el lugar de origen, ciertos grupos humanos por deberes profesionales y laborales se veían obligados a viajar. Los soldados forman uno de esos grupos abocados a la vida viajera en la antigüedad.
Harnack había señalado que muchos militares del norte de África abrazaron en fecha temprana el cristianismo; se sabe que el padre del mismo Tertuliano, más arriba referido, era un alto cargo militar. M. Díaz y Díaz, profundo conocedor de la arqueología paleocristiana, piensa que la evangelización de Hispania encuentra la clave de su arraigo originario en la Legio VII Gemina. Formada por legionarios reclutados entre los pobladores de las actuales León y Astorga, se sabe que estos soldados fueron movilizados en varias épocas para combatir en el norte de África, conocida como la Tingitania (aproximadamente la actual Argelia). Son muchas las cohortes que se documentan en esa zona gracias a documentos epigráficos varios: la cohors I fida vardulorum, la I augusta bracarorum, la I flavia hispanorum, la II hispanorum y la lusitanorum. Tertuliano menciona que en Lambaesis, norte de África, había echado raíces el cristianismo, y en la misma Lambaesis nos encontramos testimonios que confirman la presencia de la Legio VII Gemina. Es muy verosímil que algunos legionarios de la Legio VII Gemina, destacados en África, contactaran con las primeras comunidades cristianas y, una vez convertidos al cristianismo allí, pudieron haber traído la fe de Cristo consigo, a su retorno a lo que hoy es León (que recibe su nombre precisamente de la Legio VII) y Astorga.
No faltan testimonios que avalen esta hipótesis. Entre los primeros mártires hispanos van a ser abundantes los casos de legionarios. En el martirio de San Fructuoso, Obispo de Tarragona, y los diáconos Augurio y Eulogio (año 259) aparece mención de soldados cristianos que profesaban la fe cristiana. Un mártir hispano como San Marcelo era centurión de la Legio VII Gemina, los soldados y mártires Emeterio y Celedonio pertenecían a la misma legión.
El otro grupo que colaborará mucho a la difusión del cristianismo en Hispania será el constituido por los mercaderes que, procedentes de las comunidades del norte africano, vendrán a hacer sus negocios a Hispania y, no sólo trajeron sus géneros mercantiles, sino que también trajeron consigo el cristianismo. San Cucufato era “africano, nacido de padres nobles y cristianos de Scillis” y de San Félix se dice que vivía y hacía su apostolado en Hispania “simulando dedicarse al negocio comercial”, también San Félix era oriundo de Scillis. Será pertinente recordar que Scillis es aquella ciudad africana de la que proceden las actas de martirio más antiguas de toda la Cristiandad.
Se sabe que Santas Justa y Rufina, de las que nos ocuparemos más exhaustivamente en otra ocasión, también eran comerciantes que vendían cerámica. En efecto, nos parece muy plausible la hipótesis que remite el origen del cristianismo a la milicia y a los mercaderes provenientes de África que bien comercializaban con Hispania o bien venían a instalarse en la península ibérica.
El origen africano de nuestras primeras iglesias peninsulares puede corroborarse también al pie del rico caudal arqueológico que va descubriéndose. Como señala D. José María Blázquez: “Podemos aducir otras pruebas arqueológicas que confirman el influjo del cristianismo africano sobre el hispano, como las plantas de las basílicas, los mosaicos sepulcrales, las pilas bautismales, las cerámicas estampadas y las mesas de altar”. Aunque no valdría añadir a ese elenco de objetos arqueológicos los famosos sepulcros paleocristianos, como el hallado en Martos (Tucci), dado que estos sepulcros proceden de Roma y fueron traídos por mar, siendo transportados fluvialmente en dirección al nacimiento del río Betis y desembarcados en un punto impreciso del río desde el cual eran distribuidos, transportándolos hasta las ciudades destinatarias. Es cierto, no obstante, que si no el sepulcro paleocristiano marteño, bien es verdad que otros sepulcros de la época, aparecidos en la antigua Bética, se atribuyen a talleres indígenas ubicados antiguamente en Écija, Córdoba y Alcaudete.
El mismo Blázquez indica que: “Desde el punto de vista social, la cristianización comenzó en Hispania por las clases altas. La sociedad hispana, tanto en el siglo IV como en el siguiente, era pagana casi en su totalidad. En grandes zonas de la Península no se advierte la menor huella de la existencia de cristianos”.
CONCLUSIÓN
Sin descartar la venerable y remota tradición de los Siete Varones Apostólicos, por mucho que la fantasía de los escritores que la aceptan pudiera haber introducido elementos espurios inaceptables como históricos, podemos concluir que el cristianismo se implantó en la Bética en los primeros siglos de nuestra Era. Con mucha probabilidad los legionarios que azotaron y crucificaron a Jesús fueron de origen bético, pues si una leyenda afirma que Poncio Pilato era nativo de Tarraco (actual Tarragona), algo más que una leyenda –documentos arqueológicos indubitables- nos indican que muchos de los soldados que formaban las legiones destacadas en Jerusalén eran de origen hispano. Por ejemplo, el famoso Longino. P. Cnaeus Pompeius Homullus Aelius Gracilis Cassianus Longinus se apellidaba “Hispanus”, que estuvo en la Legio II Augusta, destacada en Bretaña. Longinus estuvo empleado en menesteres militares, y más tarde pasó a la Legio X Fretensis en Judea, siendo tribuno de las Cohortes III vigilum, X urbana y V praetoria, condecorado dos veces como centurión con collares, faleras, brazaletes y corona dorada en la guerra germánica del 83; fue centurión del pretorio en tiempos de Domiciano, procurador de las provincias Lugdunensis y Aquitania en Britania y murió en Roma.
Autor: Manuel Fernández Espinosa

quarta-feira, 3 de dezembro de 2008

A república não precisa de quem a defenda...

Eu e os Monárquicos Tradicionalistas Portugueses, os Miguelistas de sempre, não podemos deixar de, mais uma vez, lamentar profundamente a triste e patética figura que o Senhor Dom Duarte de Bragança fez de si próprio e da Instituição Monárquica, com mais esta entrevista de dia 1º de Dezembro ao jornal Público.
Com um Pretendente assim, a República Portuguesa não precisa de quem a defenda. Portugal tem o seu D. Carlos Hugo, não há dúvida!
Para não ser acusado de manipulação ou descontextualização de declarações, limitei-me a salientar coloridamente as passagens da entrevista que considero mais ridículas, inapropriadas ou incoerentes, mantendo o texto da entrevista na sua íntegra.
O leitor chegará rápida e facilmente à conclusão do porquê.
Que tristeza...
Entrevista a SAR D.Duarte no 1º Dezembro, Publico
“Se houver uma grave crise, ninguém acredita que a democracia a resolva”
Todos os anos, no 1º de Dezembro, o herdeiro da Coroa portuguesa faz uma comunicação ao país. Hoje, D. Duarte de Bragança falará das oportunidades que a crise económica e financeira traz a Portugal para repensar as opções do regime e as atitudes mentais. É preciso ser menos consumista, dar mais importância à ecologia, à autonomia agrícola, aos valores permanentes. E também à independência nacional. É por isso que o pretendente do trono escolheu o 1º de Dezembro para o seu discurso - porque o Presidente da República não o faz. Mensagem do 1º de Dezembro de 2008(1º de Dezembro de 2008)A monarquia está mais bem preparada para enfrentar as crises. A república é responsável por um ciclo de instabilidade e atraso no país. O 25 de Abril foi o pior que podia ter acontecido. Criou uma democracia frágil. Se a crise se agravar, o povo não acredita que o actual regime a possa resolver. Numa estranha sintonia com as recentes declarações da líder do PSD, Manuela Ferreira Leite, D. Duarte teme que, se houver falta de combustíveis e de alimentos, as pessoas possam ir para a rua exigir um regime totalitário. Paulo Moura (entrevista) e Daniel Rocha (fotos)Todos os anos, no 1º de Dezembro, o herdeiro da Coroa portuguesa faz uma comunicação ao país. Hoje, D. Duarte de Bragança falará das oportunidades que a crise económica e financeira traz a Portugal para repensar as opções do regime e as atitudes mentais. É preciso ser menos consumista, dar mais importância à ecologia, à autonomia agrícola, aos valores permanentes. E também à independência nacional. É por isso que o pretendente do trono escolheu o 1º de Dezembro para o seu discurso - porque o Presidente da República não o faz.
Porque faz sempre um discurso no 1º de Dezembro?
D. Duarte-Quando o meu pai morreu, muita gente me pedia para explicar as minhas posições sociais e políticas. Comecei a fazê-lo no 1º de Dezembro.
Porquê essa data?
D. Duarte-Criou-se a ideia de que a nossa independência não é necessária. De que podemos depender dos outros, seja da União Europeia, seja dos americanos ou dos espanhóis. E até que seríamos mais bem governados se o fôssemos por outros.
Isso é uma tendência recente?
D. Duarte-É um pensamento que data de 1910. O núcleo duro da revolução tinha como objectivo a União Ibérica. É por isso que o vermelho da bandeira portuguesa, que representa a Espanha, é maior do que o verde, que representa Portugal. E ainda hoje há quem pense assim, até alguns ilustres escritores, que deveriam ter mais juízo.
Mas porque cabe aos monárquicos defender o patriotismo?
D. Duarte-Porque não vejo mais ninguém a fazê-lo. As associações dos antigos combatentes celebram o 10 de Julho, o Presidente da República comemora o Ano Novo, e o 25 de Abril, e ainda há alguns que vão ao cemitério do Alto de São João celebrar o 5 de Outubro.
O Presidente da República deveria fazer um discurso no 1º de Dezembro?
D. Duarte-Sim. Se o fizer, deixo de fazer o meu.Criou-se a ideia de que a nossa independência não é necessária. De que podemos depender dos outros, seja da União Europeia, seja dos americanos ou dos espanhóis. E até que seríamos mais bem governados se o fôssemos por outros.
A monarquia é o último reduto do patriotismo?
D. Duarte-O último não. O Partido Comunista também é muito patriótico.
O que há de comum entre as duas forças?
D. Duarte-Um certo idealismo próprio de quem adere a movimentos políticos que não dão compensações, que não dão emprego. Se um dia houver em Portugal um referendo e ganhar a causa monárquica, os movimentos monárquicos deixam de existir.
Quem está nos grandes partidos é sempre por interesse?
D. Duarte-Os partidos deveriam fazer um trabalho de formação doutrinária. Digo muitas vezes aos meus amigos do PS, por exemplo, que é fundamental debater a doutrina. Para que serve hoje em dia o socialismo?
Acredita no socialismo?
D. Duarte-Acredito no socialismo cooperativista, como era definido no século XIX, por Antero de Quental, ou António Sérgio.
Poderia ter aplicação hoje em dia?
D. Duarte-Podia. Veja um caso concreto. Qual é hoje o sector bancário que não está em crise? O crédito agrícola. Por ser cooperativista, mutualista. O Montepio é a mesma coisa, não teve crise. São mais abertos, têm muita gente a dar opinião, a acompanhar o que eles fazem. O Crédito Agrícola é propriedade de centenas de caixas agrícolas espalhadas pelo país. Eu sou o presidente da Assembleia-Geral da Caixa Agrícola de Nelas, e temos uma participação na caixa central. Representamos mais de um milhão de portugueses, mas não nos ligam nenhuma, a nível político.
O PS devia estar mais atento a essa realidade?
D. Duarte-Sim, porque o pensamento socialista original em Portugal era esse. Se o cooperativismo estivesse mais desenvolvido, vários factores beneficiariam muito.
Mas essas empresas podem ser competitivas?
D. Duarte-Na Holanda, na Áustria, na Suíça, na Alemanha, na Escandinávia, grandes organizações empresariais são cooperativas. O maior banco da Holanda é uma cooperativa. Em França, o maior banco é o Crédit Agricole. Mas estas empresas têm um inconveniente: não dão tachos a ex-ministros. Nem financiam campanhas eleitorais. Por isso não são muito simpáticas.
Noutros países, é reconhecida outra importância às famílias reais?
D. Duarte-Depende. Em repúblicas como a França tem pouca importância. Na Europa de Leste tem mais, talvez porque se lembrem de que o último período em que tiveram paz e democracia foi com um rei. Na Sérvia e no Montenegro, as famílias reais vivem nos palácios reais.
De que são proprietários?
D. Duarte-Foram nacionalizados e depois devolvidos à família.
Em Portugal não aconteceu assim.
D. Duarte-Em Portugal não devolveram nada. Vila Viçosa é o caso mais escandaloso, porque pertencia à família desde antes de 1640. Quando D. João IV foi aclamado Rei de Portugal, separou os bens da família dos bens do Estado. Os irmãos e filhos do rei sustentavam-se a partir dos bens da família. Só o rei e a rainha viviam do orçamento de Estado. O Palácio da Ajuda ou de Queluz pertencia aos bens da coroa. Vila Viçosa pertencia aos bens da família. A tomada de posse dessa propriedade pelo Estado, no tempo de Salazar, foi completamente abusiva.
Quando voltou do exílio, não recuperou nada?
D. Duarte-A Assembleia Nacional votou o fim da lei do exílio e nós voltámos a Portugal, mas o Estado não nos devolveu nada. Durante algum tempo, o meu pai viveu numa casa emprestada pela Fundação de Bragança. Em 1975 foi posto fora.
Acha que devia ter uma pensão do Estado?
D. Duarte-Não. Isso retirava-me a independência, para a minha acção política. Embora, quando faço missões pelo mundo fora, o faça em colaboração com o Ministério dos Negócios Estrangeiros.
Que missões são essas?
D. Duarte-Neste momento, tenho um programa de desenvolvimento ambiental agrícola na Guiné-Bissau, outro em Angola, de introdução de novas técnicas de construção civil, outro em Timor. Estou a iniciar um projecto de ensino da língua portuguesa nos países que aderiram agora à lusofonia, como o Senegal, a Guiné Equatorial e as Ilhas Maurícias.
Como escolhe as missões?
D. Duarte-Quando vejo uma oportunidade que possa ser interessante, proponho ao MNE. São sempre no campo das relações externas, geralmente com países com que Portugal tem relações fracas, como foi o caso da Indonésia, durante algum tempo, ou são hoje os países árabes.Há uma grande confusão histórica quanto a isso. Os reis protestantes que quiseram tornar-se chefes das igrejas dos seus países criaram a ideia de que o poder real é de direito divino. A doutrina católica é diferente: todo o poder tem origem em Deus, mas chega-nos através do povo, não é arbitrário. O povo é que delega no rei o poder. É por isso que em Portugal o rei só era rei depois de aclamado pelas cortes.
É respeitado nos países árabes?
D. Duarte-Quando estou numa monarquia árabe sou descendente do profeta Maomé.
Porquê?
D. Duarte-A rainha Santa Isabel era descendente de um príncipe árabe que era descendente de Maomé. Por isso, a minha posição é completamente diferente da de qualquer embaixador da república portuguesa.
Isso é reconhecido em todo o mundo árabe?
D. Duarte-É. Mas quando estou em Israel digo que o D. Afonso Henriques era descendente do Rei David. Aliás, aconteceu uma coisa curiosa, nesta última viagem a Jerusalém: o chefe dos sefarditas contou-me que D. Pedro II do Brasil, bisavô da minha mãe, tinha visitado Israel e falava fluentemente o hebreu.
Esse respeito de que é objecto em todo o lado deve-se a pertencer a uma família aristocrática?
D. Duarte-Não. Não tem anda a ver com aristocracia. É por ser o chefe de uma Casa Real. O imperador do Japão, por exemplo, recebeu-me na biblioteca, coisa que só faz com a sua família.
Também é da família dele?
D. Duarte-Não. Mas aconteceu uma coisa engraçada. No fim, o imperador veio à porta despedir-se de mim, o que também só faz com parentes. O motorista do táxi viu e foi contar no hotel. Quando cheguei lá, tinha os directores à minha espera, pedindo-me licença para me instalarem numa suite especial, porque viram que o imperador me tinha tratado como família.É como se as famílias reais fossem todas uma grande família.Sim. É uma família espiritual.
Mas porque faz essas missões? Não tem obrigação nenhuma.
D. Duarte-Sinto que o facto de ter nascido nesta família me dá uma obrigação moral para com o meu povo.
Sente isso desde criança?
D. Duarte-Sim. Já o meu pai fazia o mesmo. O próprio D. Miguel, ou D. Manuel II, quando exilado, passou a vida a dedicar-se a Portugal. Foi visitar os soldados portugueses na frente de combate, conduziu, ele próprio, uma ambulância na I Guerra Mundial, em zonas perigosas.
Mas sente essa obrigação em relação a quem? Aos seus antepassados?
D. Duarte-Acho que é em relação a Deus. Se nasci numa determinada família, tenho perante Deus a obrigação…
O poder dos reis vem de Deus?
D. Duarte-Há uma grande confusão histórica quanto a isso. Os reis protestantes que quiseram tornar-se chefes das igrejas dos seus países criaram a ideia de que o poder real é de direito divino. A doutrina católica é diferente: todo o poder tem origem em Deus, mas chega-nos através do povo, não é arbitrário. O povo é que delega no rei o poder. É por isso que em Portugal o rei só era rei depois de aclamado pelas cortes.
No seu caso, não foi aclamado.
D. Duarte-Pois não. Mas considero que o chefe da Casa Real fora do seu cargo continua a ter as obrigações morais que teria se estivesse em funções.
Ser rei é a sua profissão?
D. Duarte-Tive várias oportunidades de trabalho, mas não aceitei, porque, na minha condição, não poderia ser empregado de ninguém.
Ofereceram-lhe empregos?
D. Duarte-Sim, propuseram-me cargos de administrador em bancos (ainda bem que não aceitei, os administradores não executivos não tinham muito a fazer). Não aceitei porque perderia a minha independência.
Ocuparia muito do seu tempo.
D. Duarte-Não foi por causa disso, porque os administradores dos bancos não fazem nada. Mas, na minha posição, se eu trabalhasse numa empresa, como assalariado, as minhas opiniões estariam condicionadas, não teria credibilidade.
Um assalariado não tem liberdade de expressão?
D. Duarte-Devia ter, mas nem sempre é possível.
Nunca lhe passou pela cabeça ter uma carreira profissional?
D. Duarte-Cheguei a pensar abrir um hotel na Guiné, ou em Timor. E estive para ficar na Força Aérea, em Angola, nos anos 70. Gostei muito. Poderia ter sido militar de carreira. Provavelmente teria sido saneado no 25 de Abril.
Ou poderia ter sido um capitão de Abril.
D. Duarte-Sim, mas daqueles que depois foram corridos pelos comunistas.
Porque não ficou então na Força Aérea?
D. Duarte-Achava errada a forma como as Forças Armadas estavam a ser conduzidas. Fui expulso de Angola em 1972, porque organizei uma lista de candidatos da oposição ao Parlamento português. Muitos dos meus apoiantes eram africanos negros. Se ganhássemos as eleições, teríamos um grupo de deputados na Assembleia Nacional que discordaria do Governo mas seria contra a independência.
Foi expulso por causa disso?
D. Duarte-Sim, porque o Governo de Marcelo Caetano estava a preparar um golpe de independência em Angola, apoiado pelos EUA e a África do Sul, para obter uma independência tipo Rodésia…
A sua lista poderia ter ganho?
D. Duarte-Sim. E o impacto internacional teria sido incrível, porque se veria que o verdadeiro movimento de oposição em Angola não são os guerrilheiros independentistas. Querem justiça, desenvolvimento, progresso. A independência, logo se veria. O MPLA e a UNITA achavam que Angola não estava ainda preparada para a independência. Precisavam de mais tempo.
Os movimentos de libertação teriam desistido da luta?
D. Duarte-Não. Mas tive apoios discretos deles. Se o nosso movimento tivesse tido êxito e a evolução política de Angola tivesse sido positiva, talvez se tivesse chegado a um acordo com esses movimentos. Tornar-se-iam partidos políticos, iriam a eleições…
E em Portugal não teria havido 25 de Abril.
D. Duarte-Exactamente. Não teria sido preciso.O Presidente representa sempre um partido, ou grupos de interesses. Só um rei está acima disso. Por isso nas monarquias há muito menos corrupção. Um rei não está pressionado. Não precisa.
Teria havido uma transição pacífica?
D. Duarte-Acho que sim. O próprio Marcelo Caetano poderia ter conduzido essa evolução.
Teria sido benéfico para Portugal?
D. Duarte-O pior que poderia ter acontecido a Portugal foi a revolução. As nacionalizações, as ocupações, a destruição do sistema bancário atrasaram a nossa economia pelo menos 10 anos. Nessa altura, estávamos mais avançados economicamente do que a Espanha. Depois passámos para trás.
A revolução não foi importante para mudar mentalidades?
D. Duarte-Nas mentalidades, a revolução trouxe a ideia de que todos temos direitos e não temos deveres.
Ainda não recuperámos disso?
D. Duarte-Temos milhares de pessoas a viverem do Estado sem fazerem nada, temos 25 por cento de pobres.
Antes da revolução já tínhamos.
D. Duarte-Em termos absolutos era pior. Mas passaram-se 30 anos. Em termos comparativos com o resto da Europa, estávamos melhor do que estamos hoje.
O atraso que temos é herdeiro do 25 de Abril?
D. Duarte-É sobretudo herdeiro de 1910. Se o rei D. Carlos não tivesse sido assassinado, não teria havido a revolução republicana. A nossa monarquia teria evoluído democraticamente como as outras. A revolução de 1910 atrasou Portugal muitos anos, e teve como consequência a revolução do Estado Novo de 1926.
É um ciclo de desgraças.
D. Duarte-Sim, de atrasos no desenvolvimento português. E agora, mais uma vez, se houver uma grave crise, ninguém acredita que a democracia a resolva. As pessoas vão dizer que querem um militar que tome conta de nós.Isso lembra o que Manuela Ferreira Leite disse recentemente.
A gravecrise pode, de facto, acontecer? Pode acabar com a democracia?
D. Duarte-A educação democrática em Portugal é muito fraca. As pessoas ainda não perceberam qual é o papel dos partidos e do Parlamento. Se houver uma crise grave, com fome, pilhagens, tudo isto vai por água abaixo. Basta que, por um acto terrorista, não recebamos petróleo, que por causa de greves, ou distúrbios, a importação de produtos alimentares seja suspensa. Somos completamente dependentes. Pode haver centenas de milhares de pessoas a manifestarem-se por uma intervenção totalitária dos militares, ou do Presidente.
Como é que o regime impede que se chegue a esse ponto?
D. Duarte-É preciso que a democracia seja participativa. Devia haver referendos, a sociedade civil deveria participar das decisões. As pessoas não deveriam apenas depositar o seu voto numa urna (este nome não augura nada de bom. Geralmente, o que está na urna são os mortos). As organizações ecologistas, por exemplo, deveriam ter milhares de colaboradores…
As monarquias são mais sensíveis à causa ecologista…
D. Duarte-Sim, porque defendem os valores permanentes
As próprias famílias reais são permanentes, no poder.
D. Duarte-As monarquias são mais ecológicas porque estão mais próximas da natureza humana, que é baseada na família.
As repúblicas são contranatura?
D. Duarte-São. As repúblicas são contranatura. Excepto aquelas repúblicas muito tradicionais, como a Suíça, ou os EUA, onde, de algum modo, elegem um rei.
O Presidente americano é um rei?
D. Duarte-Sim. Esteve mesmo para ser rei. E tem mais poder do que algum rei tem hoje em dia.
Hoje não é o poder que faz um rei.
D. Duarte-Não, mas é um rei dos antigos.
Em Portugal as pessoas também querem que o Presidente seja um rei?
D. Duarte-Querem. Ramalho Eanes, quando terminou o mandato, disse: tentei agir como um rei constitucional, porque é assim que os portugueses querem a chefia de Estado.
Estar acima dos partidos, representar o povo directamente, ser conciliador…
D. Duarte-Exactamente. Representar os valores permanentes
O Presidente em Portugal é um rei disfarçado? A verdadeira república deveria ser parlamentarista?
D. Duarte-Sim. Mas o Parlamento é que decidiu ter um chefe de Estado que fizesse aquilo que o rei fazia antigamente.Mas sempre que o Presidente faz alguma coisa, discute-se quais devem ser os seus poderes.
Quando Jorge Sampaio dissolveu a Assembleia, chegou a dizer-se que o fez para justificar a existência de um Presidente.
D. Duarte-Fez aquilo de uma maneira completamente abusiva. Tinha uma maioria estável no Parlamento. Só o fez porque o seu partido tinha uma posição confortável nas sondagens. Nenhum rei teria dissolvido a Assembleia.
O Presidente tem ele próprio uma legitimidade eleitoral.
D. Duarte-Há um choque entre duas legitimidades. Essa é a razão da instabilidade das repúblicas. O Presidente representa sempre um partido, ou grupos de interesses. Só um rei está acima disso. Por isso nas monarquias há muito menos corrupção. Um rei não está pressionado. Não precisa.
Fonte :Jornal Público (Dezembro 1, 2008)- Jornal Público