Compleja y abrupta sociedad,
caudillos, pastores y bandoleros,
ahí se yerguen los lusitanos,
señores de difíciles terrenos.
Indígenas del occidente al centro,
de una península de libertad,
feroces patriarcas bélicos,
Viriato abandera su majestad.
De las razzias por la Turdetania,
a la guerra contra Roma,
no hay descanso ni tregua,
Endovélico los corona.
Fingen la retirada,
para cargar con más fuerza,
son pétreos gerifaltes,
de maestría guerrillera.
Hijos de las rocas y los campos
yermos, solitarios y encrespados,
pesadilla de las legiones,
siempre los lusitanos.
Aparecen y desaparecen,
vuelan y arrasan,
son jinetes e infantes,
genio nativo en llamas.
Sublime
Devotio Iberica,
pasión de leña arrogante,
atacan los lusitanos,
comandantes de la sangre.