sábado, 6 de junho de 2009
LLUVIA EN LISBOA
Nace un día lluvioso,
En la Lisboa de mi retina,
En la Lisboa siempre dulce,
Grisácea, cristalina,
Nace el día en la torre de Belén,
Abrazándose el Tajo y el Atlántico,
Y el monasterio de los jerónimos,
Abrigándose está simpático,
Caen las gotas debiluchas,
Pero deja frío en los huesos,
Humeantes cafés en las pastelerías,
Callejuelas de callado lamento,
El monumento a los descubridores,
Con la lluvia está llorando,
De pena, porque está viendo,
Que a Portugal están destrozando,
Pobre Portugal, patria linda,
Que en sí es un tesoro,
Que vale más de por sí,
Que todas las minas de oro,
Se hace la lluvia en Lisboa,
Melancólica y reflexiva,
Como si lágrimas de sangre llorara,
El real escudo de las quinas,
Toda una lluvia fadista,
De la mujer que canta al amado,
Que a la bravía mar se echa,
En incierto futuro pensando,
Esto mismo es alegoría lusa,
Ante la falsedad actual padecida,
El día restaurador que llegue,
¿ Vendrá la lluvia de la alegría ?
Eso siento, espero y creo,
Amando con firmeza a Portugal,
Y si se nubla el cielo de la morería
Lisboeta; yo he de pensar....
Bien valdrá por el futuro, Lisboa,
Que brindemos con buen vino verde,
Y así, cantando bajo la lluvia,
Si luego se lucha para merecerte.
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