Nick Griffin: “Juntos podemos hacer historia”
Para finalizar me gustaría conocer su posición sobre Gibraltar
Es un tema muy complejo que tendremos que afrontar en el futuro. Sería mucho más fácil solucionarlo entre gobiernos de ‘nacionales’, porque nosotros, lo que vemos aquí es a dos naciones, España y Gran Bretaña, con banderas volando a la misma altura. No una por encima de otra. De todas formas, teniendo en cuenta la situación geográfica de Gibraltar y la amenaza musulmana que tenemos a las puertas, prefiero que ondee la bandera de España en Gibraltar antes que una bandera islámica.
Hombre, todo un detalle.... Desde luego, hay que tener menos vergüenza que un cochino criado con leche para soltar esta canallesca estupidez. Gibraltar sí que es una invasión. Una invasión donde Gran Bretaña se metió donde no le llamaban. Gran Bretaña, como los herejes neerlandeses y toda una cohorte de jansenistas que los acompañaban, apoyó a un usurpador archiduque a quien sólo movía su personalista ambición de ocupar España. Media Europa quiso repartirse el trono de las Españas como si fuera un botín, y los anglos se quedaron invadiendo en el Peñón. Gibraltar es una ocupación vergonzosa al más puro estilo pirata, y ahí los somalíes son unos mindundis en comparación con las graciosas majestades que daban títulos nobiliarios a los ladrones del mar a los que España dio fuerte y flojo. Gran Bretaña no ha respetado ni siquiera las penosas condiciones del Tratado de Utrecht. Teniendo a Gibraltar como paraíso fiscal, nido de usureros y basurero radiactivo, cada vez apaña más territorio a la península ibérica. Gibraltar es una humillación diaria desde hace tres siglos. Y a la Gran Bretaña jamás le importó el islamismo. A mí sí que me importa el islamismo, como me importa esa vergonzosa invasión de mi patria, nido de piratas herejes. Y lo mismo que me opongo a la inmigración desordenada de moros o chinos, me opongo a que haya zonas de España que estén siendo colonizadas por lo peor de la Pérfida Albión, porque lo que se viene aquí son viejos con ganas de disfrute, despedidas de solteros, orgías varias y delincuentes ya perseguidos allí; que aprovechan la penosa legislación española, que en clave stalinista, sigue pensando que los delincuentes son socialmente afines. Ay, los que engañaron a los árabes para enfrentarlos a los turcos, hablando de la libre autodeterminación de los pueblos con sus legítimos hijos yanquis, e intentaron imponer su dominio en el viejo continente con saña sobre Alemania, Austria y Hungría especialmente, fracasando pues el timón lo cogió el Tío Sam....Ay, los que hablaron de descolonización cuando ellos no sueltan sus colonias ni a la de tres.... No son banderas volando a la misma altura. Es una bandera extraña y enemiga invadiendo la patria española, la patria que expulsó al invasor de Cartagena de Indias, Buenos Aires y Montevideo, la patria que lo expulsó de La Habana y Puerto Rico y que en Norteamérica le dio para el pelo. La que en la península le dejó buenos recuerdos a Drake también. Con todo y con eso, aquí vemos la " mentalidad inglesa ", mientras nuestro país parece haberse sumido en la más absoluta y apática de las cobardías. Hablar a día de hoy de que Gibraltar tiene que ser español es considerado como mínimo una perogrullada por muchos de nuestros compatriotas, que encima creen que es similar nuestro caso con Ceuta y Melilla. Manda cojones. Ceuta y Melilla fueron hispanorromanas e hispanogodas y fueron rescatadas de la invasión islámica felizmente a los años. Invasión de la que España ha librado al Viejo Continente, sellando sus poderes en Lepanto, mientras la Pérfida Albión no hacía nada. Y ahora viene Griffin con estas....Pues buena parte de lo que pasa es consecuencia de construcción mesiánica angloprotestante, del mundo feliz de la divinidad del dinero. Ustedes fueron, mister Griffin, los que creían poder usar a los musulmanes; y ahora nos salpica a todos. Y que se entere Griffin, que se enteren también los tories británicos que vienen aquí buscando alianzas y veraneos: Ceuta y Melilla nunca fueron colonias, no son colonias, y por sus venas corre la sangre de los siglos hispánicos. No son casos comparables objetivamente, en absoluto. Gibraltar sí que es una vergonzante colonia, mantiene tal status, como lo mantienen las Malvinas. Gibraltar nunca fue británica, nunca lo fueron las Malvinas, hasta la invasión de sus sires piratas. Sí, ellos tienen las cosas muy claras y ya Vázquez de Mella lo decía: El problema no es el Peñón sólo, el problema es el Estrecho, nuestro Estrecho. Los británicos lo comprenden mejor que nosotros. Enemigos de nuestra política natural y lobos de nuestra economía, y envidiosos de nuestras grandezas, aunque estemos en nuestras horas más bajas, ellos siguen conscientes. Aunque nosotros, como españoles modernos, hayamos perdido toda conciencia y no alcancemos a entender nada. Asimismo, la debilidad de los corruptos políticos está haciendo que este contencioso se vuelva cada vez más insoportable, y que seamos el hazmerreír de todo el mundo. En fin, aquí vemos que el europeísmo es esencialmente traición. Que los europeístas, sean del signo que sean, pierden el culo porque el primer anglosajón que llegue les considere europeos y camaradas, aunque cuando se dé la vuelta los ponga de africanos para arriba, pero que cumpla ese papelito, y más en un sitio medio público, ya les incita al orgasmo. Y para eso venden lo que haga falta. Para después hablar de patria y raza, o de lo que sea, para el caso es lo mismo. Les encanta tener una colonia moderna en casa, y de las Malvinas ni se acuerdan. No confundan mi postura, no soy del todo anglófobo. No puedo serlo si pienso en Santo Tomás Moro, el Santo Cardenal Newman, Chesterton, Belloc o Tolkien. Hasta me he puesto a estudiar inglés a la vejez, ya que se me ha olvidado todo. Y me alegro que haya británicos que vuelvan al redil de Roma, de donde nunca debieron salir. Y en el fondo, admiro más la mentalidad inglesa, por hipócrita que sea, que la actual situación española, tan infame, degradante e insoportable. Incluso admiro que Inglaterra se mantenga alejada del euro y que no haya descuidado su ejército y mantenga algo más su independencia del embolado burocrático de Bruselas. En resumidas cuentas: Así como defiendo la españolía de Gibraltar, defiendo la portugalidad de Olivenza. Y la argentinidad de las Malvinas. Sólo una férrea alianza hispanista, como nos legó el testamento de SMC Carlos VII de España, podrá sacarnos de este atolladero global. Y aunque pareciera que ello no llegará nunca, la Tradición es la esperanza, y con António Sardinha, la puesta vista en la " Madre Hispania " hacia el futuro. Así, el europeísmo esencialmente enemigo, que se lo metan donde mejor les quepa, y que se les indigeste. Aquí tenemos una gran muestra.
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